ANKARA, Turquía (AP) – Un tribunal turco retrasó el lunes un veredicto en un caso que buscaba la anulación de una votación de liderazgo interna del principal partido de competición del país por presuntas irregularidades, una audacia que podría restaurar al ex líder impopular del partido y las tensiones políticas influyentes.
El tribunal de Ankara aplazó el querella sobre la legalidad del 38º Congreso del Partido Popular Republicano, o CHP, hasta el 24 de octubre. El Congreso en 2023 expulsó al líder de mucho tiempo Kemal Kilicdaroglu y eligió al presente presidente Ozgur Ozel.
El caso alega fraude electoral que incluye la operación de votos y violaciones de procedimiento. El CHP ha inepto las acusaciones, describiendo la influencia constitucional como un intento motivado políticamente por parte del gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan de socavar a la competición a través de la presión contencioso en ocasión de los medios democráticos.
El gobierno de Erdogan sostiene que los tribunales de Turquía son imparciales y libres de interferencia política, lo que insistió en que las investigaciones en el partido se centran nada más en la corrupción.
Los críticos ven el caso como parte de una represión más amplia contra el CHP, que logró ganancias significativas en las elecciones locales del año pasado. Argumentan que el movimiento está diseñado para debilitar la competición ayer de las elecciones nacionales programadas para 2028, que podría celebrarse ayer.
Los municipios controlados por el CHP se han enfrentado a olas de arrojo este año. Entre los objetivo está el corregidor de Estambul, Ekrem Imamoglu, quien permanece bajo custodia previa al querella por cargos de corrupción que niega. Imamoglu es ampliamente pasado como un posible retador para Erdogan y su arresto de marzo provocó protestas generalizadas.
A principios de este mes, un tribunal eliminó el liderazgo provincial electo del CHP en Estambul y designó a un presidente sustituto para supervisar la sucursal particular. La policía escoltó al funcionario designado por el tribunal a la sede de Estambul del partido, utilizando pimienta de spray para dispersar a los miembros y partidarios del partido que se resistieron a su presentación.
Durante una manifestación en Ankara el domingo, Ozel llamó a la represión contra el CHP como un “guantazo contencioso” y prometió resistir los movimientos para socavar al partido político más antiguo de Turquía.
Si el Congreso es anulado, el tribunal podría designar a los fideicomisarios para supervisar a la fiesta o restablecer Kilicdaroglu como presidente, una medida que probablemente profundizará las divisiones internas.
Kilicdaroglu ha señalado su voluntad de retornar al liderazgo, pero los observadores señalan que sigue siendo profundamente impopular entre los partidarios de CHP a posteriori de una serie de derrotas electorales contra Erdogan.